Vivir de la vida

Vivir de la vida,
de los días,
de la tierra,
del sol.

¡Vivir!
Ser lo que se es
y valerse de lo que se tiene;
de nosotros.

Sentir la misma cosa.
Caminar juntos.
¡Disfrutar!
¡Vivir!

No mas que nadie,
ni menos.

Hacer lo que se sabe.
Quien no sepa,
aprende.
¡Crecer!

Andar y vivir.
¡Volar!
¡viajar!
¡Jugar!

Caminar sin cuidado a perderse.
Cruzar los mares sin cuidado al naufragio.
Bailar con las nubes,
correr con el viento.

Sentir lo bueno
sin desear lo ajeno.
Que nada sea mío,
que sea todo de todos.

Pisar la tierra descalzo,
sin temor al veneno;
del áspid,
de la abeja africana.

Detener el tiempo.
Vivir despacio, sin prisa.
Tocar la luna,
olvidar la fortuna.

Vivir los días,
vivir las noches,
sin planes;
sin rutas trazadas.

Vivir como si hubiera muerte,
como si cada día es el último.
Dolerse de risa.
Llorar de alegría.

Buscar sin querer encontrar
pues nada está perdido.
Dormir en el cielo.
Beber del río Nilo.

Sembrar café, y compartir,
sin ser de allá ni de aquí,
y detenernos, juntos,
a escuchar cantar al coquí.

5 comentarios sobre “Vivir de la vida

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