Como desierto: árido y seco,
es la justicia al desamparado;
cuando la balanza está en las manos,
del perverso, corazón malvado.
Claman los hombres,
gime la tierra;
se estremecen los mares,
rumores de guerra.
El malo gobierna,
rige el inicuo,
Y humilla al conspicuo;
obstaculiza sus piernas.
Un puente colgante
ha sido extendido;
lluvias de gracia
sobre el árbol dormido;
de muerte a vida,
puro amor divino.
Justicia divina,
por amor redimido.
Equidad para todos,
gobierna el gran rey;
su enseñanza es su ley,
nos levanta del lodo.
Es el Hijo de Dios,
su justicia lo es todo.
Nos levanta del lodo… Amén.
Bendiciones amigo.
Así es…
Inclina su corazón a nuestras miserias,
y nos levanta sobre la Roca con su gracia.
Bendiciones!
Un poema lleno de fe y esperanza, Jonathan. Gracias por tu participación en el reto. Saludos
Gracias, Lidia.
El placer es mío 😉
Confiemos en la buena voluntad de las personas,
para llevar a buen puerto la nave de la vida.
Un abraxo.
Gracias Estrella…
Un abrazo para vos también 😉