Recuerdos de un roble

Fueron muchos los días de verano que te abrigaste bajo mi sombra. Yo extendía mis brazos un poco más allá de lo que podía, sentía un ligero dolor, pero lo hacía para que el reposo de mi sombra hiciera que te quedaras un rato más. Los pajaritos nos hacían compañía, y tú te ponías tan contenta; tu sonrisa, tus carcajadas; tarareabas y cantabas en un sin fin. Por momentos engañabas el paso del tiempo sobre mí: llegué a pensar que tales episodios se repetirían para siempre.

Desde entonces he llorado incontables otoños, he despertado cada primavera con nuevos brotes de amor para tu encanto y tu abrigo durante los calurosos días de verano. Por mucho tiempo no dejé de expandirme hasta donde me fuese posible, para ver si así me notabas, pensando que tal vez te habías extraviado del camino.

4 comentarios sobre “Recuerdos de un roble

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.