Bajo la escasa y seca sombra
de ese árbol solitario,
que entre círculos deambulan
hambrientos buitres su corona,
está un hombre que se mece
entre la muerte y un quieto canto;
que recuerda, aunque perece
y tararea ahogado en llanto:
¿Dónde, dónde…
Las corrientes de ese río
que se dice que da vida
a las almas que agonizan?
¡Oh! que me diera Dios la dicha
de perderme en ese río;
no tendría sed jamás,
no tendría sed jamás.
De ese río virtuoso todos debemos beber!
Bendiciones Jonathan.
😃