El amor es un villano si no se le comprende.
El amor llega y se va; así suele decir la gente.
El amor te abandona de repente, se esfuma;
como arena entre las manos.
Un mañana despiertas, y ya no está; se ha marchado.
Eso pasa porque aún no entiendes,
que el amor no es una cosa flotante
que vaga entre las sombras
ni es la flecha del cupido.
No es un sentimiento que te agarra por desprevenido
y luego te deja ir, sin previo aviso.
El amor es un desprenderse, es el darse a uno mismo
pero sin esperar nada a cambio;
y sin que el objeto de tu amor necesariamente lo merezca.
Amar de verdad no es tarea fácil, cuesta, se hace duro.
El amor tiene su raíz en un acto divino;
y del lado de acá, es una labor de la voluntad,
una ocupación que se aprende
cuando te desprendes de tu ego,
porque te tienes a ti mismo
como el mayor obstáculo
a la hora de poner en practica
el divino arte de amar.