Hay abrazos que ahogan el frío,
abrazos que apapachan.
Hay abrazos que protegen del mal,
que brindan seguridad;
de brazos fuertes y tiernos
que dicen: «aquí estoy».
Hay abrazos llenos de luz,
que disipan las densas tinieblas
que acompañan durante el valle
de sombra y de muerte.
Hay abrazos que imparten vida
y abrazos que curan las heridas.
Hay abrazos que con brazos extendidos
te conceden el perdón.
Hay abrazos pedidos, buscados;
abrazos compartidos, regalados.
Hay abrazos nauseabundos,
afilados como navaja
que traspasan como cuchillo
de frente, de espalda;
que cortan.
Hay abrazos que se quedan cortos,
abrazos que sobran
o que están de más.
Hay abrazos sin brazos
que son sensibles recuerdos
que crean puentes en la distancia;
que sientes y que das
aunque el ser amado esté tan lejos.
Hay abrazos que se niegan.
Hay abrazos vacíos:
sin sentido, sin corazón.
Hay abrazos de niños:
tiernos, genuinos;
que restauran un alma,
que reviven una sonrisa.
Hay abrazos que se mueven
al ritmo de la música,
y abrazos que se envuelven
entre lágrimas.
Hay abrazos nunca recibidos
o nunca compartidos;
abrazos que aún se esperan.
Hay abrazos que resultan
en una nueva vida,
y abrazos que son
de dolorosas despedidas.
Muy bueno!⚘
Gracias 😊