Hay una colmena cerca de la puerta de entrada de casa (veo las obreras entrar y salir a todas horas; ya sea de día o de noche). Y la verdad, aunque no estoy seguro del por qué, le tengo (no sé como llamarlo) terror a ese tipo de insectos; tal vez sea algún tipo de fobia. ¿Cómo le debo llamar a la fobia a los insectos?
Sí, porque hoy en día como que se nos hace tan necesario identificar las cosas siempre por su nombre; y eso pasa después de grandes, porque cuando pequeños lo que hacíamos era asociar las cosas. Decíamos «guau-guau» o decíamos «vamos a jugar», y jugábamos «escondite» o «rescate», cosas así.
A las cosas se le llamaba de la manera más natural posible. Ahora no, ahora hay que buscar en Google y allí encuentras miles de artículos; aunque la mayoría de las veces para lo que queremos nos baste el primero.
En fin, el miedo a los insectos se le llama «entomofobia» (y nada que decir de su etimología; que viene del griego y que significa esto, aquello y lo otro); la cuestión es que, según parece, soy entomofóbico.
El arte de las palabras 