Ese raro momento...
flotan los dedos,
casi no los alcanza el pensamiento.
No interrumpas, razón;
no sé si puedas con esto.
Buscas con afán un sentido
que se escapa de ti, y de mí.
Corres tan de prisa,
y de prisa busco escapar de tu intento
de ponerle freno
a las palabras precisas que dan forma a un verso
que se muestra en tu ausencia.
Ese raro momento...
descubro que escucho en silencio,
o más bien creo que siento
un ritmo que va o que viene; no sé.
Me detengo, froto mis ojos, estiro los dedos.
No busco un verso, no busco rima;
siento que persigo
o que soy perseguido tal vez.
Sí, a veces siento que soy la presa,
y escribo porque no puedo hacer otra cosa.
Porque cuando escribo voy llenando, cazando;
o me voy vaciando y siendo cazado.
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