El pasillo de hotel

Cuando llegó Claudia, que había salido a comprar algunas cosas que íbamos a necesitar durante los días que estuviéramos allí, yo había estado pensando en cómo había ocurrido todo. Ella había insistido en que compartiéramos la habitación del hotel, y yo estuve de acuerdo. Nunca fuimos gente de mantener discusiones acaloradas, ni de dormir en habitaciones separadas.

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Persigo unos versos

¿Qué haces?
Leo poesía.
No, en serio, ¿qué haces?
Persigo unos versos:
cansados y nublados versos 
que intentan descifrar la relación 
entre amor, luna y muerte;
silencio, soledad y alba.
Entre tu ombligo y el beso que me arrojas de lejos;
tu cuerpo y mi sábana fría.
Entre el poeta que leo y yo,
que ni doy con tu amor ni con la poesía.

Somos una gota

Somos una gota
una jota
con la curva entre tu cintura
y la cura
entre tus besos y mis versos.
Despiadada es la distancia
entre tu cuerpo y mi silencio.
Se me seca la garganta
y la vida
y la tina
que llenamos gota a gota
con momentos
con el tiempo.
Las manecillas que giran y giran,
las paredes que destilan
esos viejos sueños que se me escapan.
Esa gota quebrada que se desaparece,
que se desvanece
en la nada.

Te extrañé tanto

Y qué me dices de esas veces
en que llegas y que luego te vas,
y siento ese terrible vacío;
y me quedo extrañándote…

Y llega la noche y está todo oscuro.
Y tú no llegas y yo no duermo;
me desvelo esperándote.

Y a las pocas horas despierto
y me doy cuenta de que no estuviste;
de que te extrañé tanto
que te sentí tan cerca y tan real
como nunca estuviste o fuiste…

Pero dormí algo,
al menos pude dormir un poco.

Semejantes a compañeros de cuarto

Sé que ha pasado el tiempo,
y que hemos cometido el error de la distancia:
esa distancia del afecto cariñoso.
Pues compartimos cada noche la misma sábana
y es más intenso el frío adentro que afuera.
Somos semejantes a compañeros de cuarto:
cada cual anda por su propio mundo;
distantes y confusos…
A veces tropezamos en el baño,
a veces en la cocina;
«con el permiso», me dices.

Nuestro jardín ya no da flores,
las mariposas ya no están.
Pero es mi culpa, sí, mi culpa;
soy el responsable de toda esta tragedia…
¿Será posible revivir esta mortandad,
reducir esta distancia;
volver a encender la llama que hoy ahogan enormes rastros de cenizas?

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