pero solo tú eres tú

“(…) siempre habrá mejores escritores que tú y siempre habrá escritores más listos que tú. Siempre habrá personas a las que se les dé mejor esto o lo otro, pero solo tú eres tú”.

Neil Gaiman

Mientras más me adentro en las cuestiones del oficio de escribir -viéndolo desde la perspectiva, no solamente de una afición, sino de un oficio (esas cuestiones serias que hacen que un texto sea literatura y no solamente un conjunto de palabras)- me doy cuenta de que hay mucho que aprender; tanto para ser más efectivo en la creación, como en el proceso de editar: la forma, el estilo, etc. Y esto lo aprendemos de muchos otros: algunos que han pasado a la historia y aquellos que tienen suficiente experiencia para guiar a otros en ciertas cuestiones importantes. Son muchas las piezas que se siguen añadiendo a la caja de herramientas.

Una de las cosas que he tenido presente es que mi búsqueda no es ser como Borges, Cortázar o Stephen King, etc. -aunque debemos aprender de sus escritos-, mi tarea es ocuparme en descubrir (al escribir mucho, pero mucho. Y como hice hace unos días en despedida: un «terrible» texto sin comas y sin puntos, que intenta reflejar la fluidez del pensamiento para no dar mucho lugar a la reflexión o corrección… y lo hice público para el que quiera intentar leerlo.) y desarrollar mi estilo (esa manera de escribir que distingue a uno de manera inevitable). Hay una combinación de cosas en la vida que nos han hecho ser quienes somos, y eso hace que seamos diferentes en una cosa o en la otra.

Más allá o más acá, mientras sigo escribiendo y desarrollando ciertas técnicas que hacen que la ficción y la poesía que escribo sea eso y no otra cosa, voy encontrando una salida adecuada para mis escritos y acomodándolos a algo que se parezca cada vez más a la literatura.

Ese raro momento

Ese raro momento...
flotan los dedos,
casi no los alcanza el pensamiento.
No interrumpas, razón;
no sé si puedas con esto.
Buscas con afán un sentido
que se escapa de ti, y de mí.
Corres tan de prisa,
y de prisa busco escapar de tu intento 
de ponerle freno
a las palabras precisas que dan forma a un verso
que se muestra en tu ausencia.

Ese raro momento...
descubro que escucho en silencio,
o más bien creo que siento
un ritmo que va o que viene; no sé.
Me detengo, froto mis ojos, estiro los dedos.
No busco un verso, no busco rima;
siento que persigo
o que soy perseguido tal vez.
Sí, a veces siento que soy la presa,
y escribo porque no puedo hacer otra cosa.
Porque cuando escribo voy llenando, cazando;
o me voy vaciando y siendo cazado.

Leyendo y escuchando literatura

El que escribe sabe que debe leer mucho (y leer de todo); hoy tenemos la ventaja de que podemos escuchar cuentos narrados (o cualquier tipo de audio libro) mientras estamos haciendo otras cosas (momentos en que lamentablemente no podemos estar tranquilos y rebosando del sano y delicioso ocio que es la lectura).

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Un cambio de ambiente

Hoy es 25 de agosto, son las 4:40 am (fecha en que escribí esta entrada). Ayer estuve ocupado con muchas cosas (necesarias e importantes) y no tomé el tiempo de sentarme a escribirte; ahora lo hago.

Una de las cosas que sí pude hacer (y siempre lo disfruto demasiado) fue dar una caminata por el parque, cerca del camino que recorre el río (esto me recuerda un verso de Horacio Quiroga, del cual Borges hace mención en una conferencia sobre la poesía, que dice, «Un viento frío sopla del lado del río«). Esta vez (el río) no gozaba de la misma calma de siempre; había llovido toda la noche anterior y el río se veía enojado (la impresión que me causó me llevó a escribir este poema: ⇾ Crecida).

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Tres relatos

-Los asuntos de los relatos se dan mientras escribo-

Hoy es 24 de agosto, son las 7:00 am (hoy no trabajo afuera), y sigo con la escritura a mi diario.

Llevo varias semanas siguiéndole el hilo a tres relatos (que voy escribiendo) a la misma vez. Son de esos relatos que sabes de repente que tienen un desarrollo un poco más largo, que no son simplemente un microrrelato. Muy por dentro hay un parecido entre ellos, aunque tratan temas diferentes. Los temas se me dan mientras escribo. Cuando escribo partiendo con un tema fijado en mente es por requisito de algún concurso literario.

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