Un vivo recuerdo

Mientras se limpia el rostro, va dejando rastros de pintura en el pañuelo que había usado cantidad de veces para desaparecer de la vista de aquellos pequeños espectadores algunas de las monedas que habían caído para su beneficio unas horas antes. Aunque aquellas sonrisas, conquistadas por sus repetidos actos, le traían duros recuerdos, por otro lado le hacían sentir que valía la pena volver a ver la luz del día.

De su gracioso maletín, de su arrugado cuaderno de recuerdos, una foto con un par de alegres rostros, y en el reverso unas pocas frases; vuelve a repetir aquellas palabras como recitando una oración vespertina, regresa la foto a su lugar mientras cae la noche.

Duerme, sueña y a las pocas horas despierta. Camina varios bloques; la casa sigue ahí, igual que antes, pero él no es más que un recuerdo… El pequeño vuelve a tomar la foto, recita de nuevo las palabras en su reverso y se vuelve a dormir.

Tierra de ensueños

Recuerdo el castillo aquel
en que solíamos echar a volar los sueños,
sujetados por cuerdas de amor
e impulsados por los vientos,
y nos alegrábamos a la luz del sol
con la alegría de los niños.
La única preocupación en la vida
era que no se nos escaparan de las manos;
las cometas,
que junto a las gaviotas sobrevolaban los mares.
El morro de nuestra niñez,
el castillo de nuestra infancia;
no es territorio de guerras, ya no más.
Es tierra de ensueños
y de enamorados…
Una tierra donde encuentra el amor el joven
y se deleita en su viejo amor el anciano;
y donde los niños siguen siendo niños,
para siempre.

No abandones tu cabaña

Desde la ventana, aquella mujer, la cual su marido desde su habitación contemplaba, en tanto ella observaba la manera en que aquel chico sentado en la acera veía a la gente que corría por la carretera, mientras miraban espantados hacia arriba, hacia la montaña; donde parecía que eran consumidas por el fuego sus cabañas. Sigue leyendo «No abandones tu cabaña»

Los que regresan

Irradian los cielos con nubes algodonadas,
levantan las palmas sus ramas;
anunciando orgullosas
de exiliados de antaño la entrada.
Y la patria recibe contenta
entre el atardecer de brazos que añoran
y de lágrimas que de amor filiar se derraman:
de extrañeza y no de tristeza,
de recuerdos de cercanía,
de momentos compartidos;
del calor de los seres más queridos.

Noticia de primera plana

Un golpe tras otro, cada golpe siendo un golpe letal. Cada golpe dirigido como a un oponente. Desde la vista de cualquier otro, parecía no tener contrincante. El piso de madera se retorcía como marcando cada impacto. Los vecinos aterrados: “¿Estará golpeando a la mujer? ¿a los hijos?”.

Irrumpen en la casa los oficiales de la policía, armados; no tienen idea con que cosa se van a enfrentar. Sigue leyendo «Noticia de primera plana»